Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

martes, 4 de noviembre de 2014

Solo lo hago porque quiero.

No tengo nada que escribir, no se me ocurren palabras demasiado tristes, ni tengo la necesidad de sentir que alguien se está dando cuenta de lo enfadada que estoy, pero me apetecía escribir. Siento un hormigueo familiar subirme por las puntas de los dedos y los ojos los tengo llenos de ganas por ver por escrito las cosas que... bueno, no tengo cosas que, pero quiero, y no quiero quererlas.

Voy a tener que acostumbrarme a escribir sin escuchar el ritmillo tan gracioso de las palabras tristes, que, por supuesto, son mis favoritas.

Es como si... como si ya no supiera cómo escribir. Todo suena tan, tan sumamente, tan normal, que me dan ganas de escribir en papel solo para romperlo y enfadarme conmigo misma por no ser capaz de...

Bueno, ¿quién necesita explicar nada?

Karen.