Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

viernes, 20 de julio de 2012

La memoria es una gran cicatriz.

Se va cerrando con el tiempo, y de pronto ya no recuerdas ni cómo se abrió esa brecha. Pero algo queda.
Algo como las líneas en la arena que dejan las olas tras una tormenta llena de espuma (de cerveza). 


viernes, 13 de julio de 2012

Estar solo es todo un arte.

El silencio es absoluto, pero parece que todo se escucha más fuerte. Los latidos hacen compás y tus dedos lo siguen con golpecitos sobre el escritorio. Es verano y apenas hay aire fuera, pero ¡joder! cómo golpea la ventana. La gotera del baño parece persistente y  te juras que mañana lo arreglarás. Las filas de hormiguitas dispuestas a luchar contra todo marchan a un ritmo acelerado que rompe con la perfecta melodía en la que todo estaba sumido, pero da igual. Da igual porque es un error imperceptible que casi hasta queda bien; aquí lo que realmente importa es la voz cantante, la solista que está sola.
Una retahíla de pensamientos desaforados se superponen y gritan todos a la vez. Es tal el desorden que en realidad no estás pensando, pero el eco que hacen tantas voces... duele... bastante.
Sabes qué hacer para acallarlo todo, y también sabes que no debes hacerlo... porque siempre lo haces tú y entre los numerosos pensamientos que suenan, uno dice no. Un no contundente; ni gritado ni sollozado. Y decides, por una vez en tu vida, hacerte caso. Al fin y al cabo, no hay nadie más.

Principio de plenitud.

Leibniz dijo que "todo lo que sea posible que ocurra, ocurrirá." Así, la contradicción lógica que supone que algo imposible ocurra, hace posible que este principio exista.

Es posible que un día dejemos de pensar, o que dejemos de preguntarnos por qué pensamos tanto, o por qué odiamos pensar cuando estamos solos. Es posible que no, que esto no suceda, pero... ¿a quién le importa? Seguimos siendo un cúmulo de elementos químicos y conexiones sinápticas.
Es posible que nada sea como hemos creído siempre, así como es imposible decir que nunca hemos creído nada.
Es posible que ahora mismo estés metido en un buen lío y tú ni lo sepas... y probablemente no lo sepas porque no quieres saberlo -tendemos a  buscar explicaciones para todo aquello que no encaje en nuestra perspectiva de las cosas- Pero lo estás, y es posible que pierdas... porque existe esa posibilidad y de una forma u otra, acabará pasando.

domingo, 8 de julio de 2012

Oasis.

El secuestro emocional se define como el conjunto de reacciones extremas que no se encuentran bajo nuestro control. El sistema límbico, de un segundo a otro, activa todas las respuestas fisiológicas antes de que el neocórtex -el cerebro pensante- pueda darse cuenta de lo que acaba de pasar. Entonces comienzas a sudar, se aceleran tus pulsaciones, gritas lo primero que se te pasa por la mente y... bueno, eso.

Tus emociones se ven acorraladas y amordazadas, sin escapatoria alguna. La sonrisa fue la primera en sucumbir al llanto; fue una escena preciosa, triste... Seguidamente la paz y la comprensión. Todo era jaleo y humo, las conexiones neuronales recorrían siempre el mismo camino, una y otra vez, haciendo agujeros en el pensamiento; todo era confuso y eres incapaz de pensar coherentemente. Te preguntas dónde coño está la empatía. No recibes respuesta. Hace calor y estás en un sótano a 500metros bajo tus ojos, porque ya ni siquiera te das cuenta de los movimientos de... de quien sea ese que pretende hacerte entrar en razón, pf. 


Cuando vives en el desierto, cada pequeño oasis es un mundo. Pero algún Hitler se empeña en acabar con él, porque.... claro, tú no eres el culpable de nada. La culpa siempre es de otro, ¿no?
Cuando vives en un lugar desolado, sin agua ni sombra... te planteas la posibilidad de vivir de lo que tienes y conformarte con las gotas de tu propio sudor. Al fin y al cabo, lo importante es seguir con vida; eso es lo que dicen en la tele, y siempre hacemos caso a la caja tonta.
Cuando vives en el desierto y te topas con un oasis, lo agradeces, aunque sea el oasis más estúpido del mundo.
Son pequeñas inyecciones de dopamina. Ya eres adicto y te da igual que sea un espejismo si parece un oasis, da igual que bebas arena si parece agua... da igual que te haga sufrir si parece que te ríes.

Y espero que entendáis la relación de lo primero con lo segundo, de lo segundo con lo del medio y etc etc.
Karen.

sábado, 7 de julio de 2012

Depresión respiratoria.

"Tomábamos morfina, diamorfina, ciclocina, codeína, temazepán, nitrazepam, fenobarbital, amital sódico, dextropropoxifeno, metadona, nalbufina, petidina, pentazocina, buprenorfina, dextromoramida, clometiazol... las calles rebosan drogas que puedes tomar para combatir la infelicidad... y nosotros las tomábamos todas. ¡Joder, nos habríamos inyectado vitamina C si hubiera sido ilegal!"*


Suena música... el ritmo sale por los altavoces dando tumbos, cual borracho tras unas copas de más. La voz se rompe, y one breath, one life, one blood...... Casi ni puedo escribir, y las notas hacen de nitrazepam provocando depresión aguda en mi respiración. 
Resulta demasiado fácil escribir sobre lo que no haces, sobre lo que no te pasa, sobre lo que no conoces, lo extraño y lo ajeno... lo que es demasiado sencillo de pensar.... pero ¡tan! difícil para hacerse entender... Me encantan los puntos suspensivos porque nunca sabréis qué significan... ¿verdad? Son pausas, o ¿acaso son silencios significativos? ¿es que estoy pensando? Quizás es la parte que siempre escondo, lo que no se escribe, el secreto a voces de entre mis letras.
Cuando vives, escribir resulta cada día más dificil... y acabas escribiendo sobre escribir. Resulta difícil porque vives tu secreto a diario, y quieres escribir sobre él, pero queda mal... y entonces abusas de los puntos suspensivos y blabla...


Sigue saliendo la misma canción por los mismos altavoces, arrastrándose cual... (jeje) Sigue sonando una y otra  vez, pero no la escucho... Sólo me ocupo de darle al play cuando deja de sonar, cuando muere. 


Recuerda que cuando algo muere de verdad, las cenizas se hacen más fuertes. Pero el tiempo lo cura todo, ¡qué locura!  Recuerda olvidar que pudiste ganar cuando hayas perdido. Arrepentirse es el peor de los errores


Respira, y que haya paz. Karen.


*Trainspotting.

lunes, 2 de julio de 2012

6.894.594.844 de personas.

Pero no somos conscientes, no.
Y no lo somos porque, en el fondo, estamos solos. Completamente solos; buscando, o esperando encontrar, a una persona entre tantas. Y al no encontrarla es cuando pensamos joder, con tanta gente que hay y yo estoy aquí, escribiendo estupideces. Pero no pasa nada...no pasa nada porque la Ley de Murphy sólo aplica a lo peor. No va a caer una droga del cielo así como así, no.
Y, entre otras cosas, decir que "lo más duro de esta vida es que podemos perdonar". Con esto, me gustaría decir que estoy dispuesta a vivir bien y no perdonar nunca más... pero me di cuenta -tarde- que si perdonamos es porque queremos, y no queremos que las cosas cambien ni un ápice. Aunque.... la gente no cambia, ¿no?