Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Malditas musas.

Yo... yo no escribo poesía, yo sólo... solo.

Una vez leí -o alguien me dijo, poco importa- que el amor de tu vida no tiene por qué ser la persona con la que acabas formando una familia, que vida sólo hay una y que por ende, sólo hay un amor de tu vida.
En otra oportunidad leí que "si encuentras al amor de tu vida a los 20 años, huye", huye muy lejos y regresa cuando sepas que, definitivamente, ese es el amor de tu vida.

Yo encontré al mío demasiado pronto, antes de saber que debía huir, y me quedé. Me quedé muy fuerte, tanto que ya no pude irme nunca más.
Las putas musas saben hacerse querer.
Yo, yo tengo una musa, un muso..un puto incordio. Tengo una estúpida voz que me hace odiar, me. Yo tengo lo que siempre quise, lo que nunca... Lo que nunca, NUNCA NUNCA, creí que odiaría. Te tengo a ti, musa, muso, incordio.
Karen.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Cartas suicidas.

Me gustaría reinventarme otra vez. Empezar de 1 y construirme en base a. No quiero arquitectos ni nadie que me diga que si me tuerzo demasiado, me caeré indudablemente. Tampoco quiero fallar.
Me gustaría que los viernes no existieran, que las balas no fuesen palabras -ni nada- y que con los silencios se hablase de cosas importantes.
Quizás pido demasiado, pero me parece importante destacar que el mundo se está yendo a la mierda, y que nosotros nos vamos con él.
Me gustaría una tarde en el café, con un libro, una sorpresa y un "quiero, quiero y mil veces, a ti" escrito al revés de una servilleta. Me gustaría un portal a las tres de la mañana y un "quédate, que es pronto".

Los deseos no hacen tanto daño como creen muchos. Soñar mucho a veces es bueno, y a veces fatal. 
Las palabras suicidas no mueren, hacen morir. 

Karen.

viernes, 20 de septiembre de 2013

sábado, 14 de septiembre de 2013

La vida me ha hecho llorar.

No siempre ocurre, pero a veces me arrepiento de no haber muerto aquel día. 
Aquel día no tuvo nada que merezca la pena ser recordado, y por eso a penas recuerdo que pasó de verdad. Aquel día pude morir rodeada de risas de gente desconocida, sola -como ahora-, y sin haber vivido todo lo que viví después, pero... Hubiera muerto feliz, lo sé.
A veces me pregunto por qué no fue así, por qué sigo aquí, y me odio por no saber apreciar todas las cosas que tengo. Parece que sólo me gustan las espinas, los puñales y todo lo que perjudique.
Tengo un problema; es pequeñito y lo tengo clavado en el corazón. 
No es fácil. Quizás no lo intento con suficiente fuerza. Probablemente sea culpa mía.
Cuando la vida me hace llorar, la mando a la mierda y le echo en cara que aquel día se apiadó de mí.
Hoy necesito que me recuerden que la vida también tiene cosas que merecen la pena, que no todo fue malo. Hoy necesito que sea aquel día otra vez y dejarme morir, porque quizás era eso lo que tenía que pasar.
No es normal.
Cada día es una historia diferente, con los mismos malos actores y el mismo final de mierda. ¡Mierda!
Nadie me dijo que ser bueno es bastante malo; y ahora pago las consecuencias de no haber pecado, siendo la mejor con los peores, y la peor con los que merecen la pena.
No siempre ocurre, pero hoy me arrepiento de no haber dicho adiós.

A veces me arrepiento de no haber muerto aquel día.
Karen.

sábado, 7 de septiembre de 2013

El día 1460 sigue siendo el día 1.

Volveré a hacer algo bueno por alguien que no lo es. Maldigo. Recurro a la ataraxia y se me pasa.
¡Qué triste! Dinamita, alcohol, nitroglicerina, nicotina, formol, cuatro años y un adiós.
Esta mañana desperté pronto, volví a dormir y soñé que era mañana... Pero el día 1460 sigue siendo el día 1; no es justo.
Tengo un viejo billete de metro con fecha ilegible, detrás tiene escrito: "la mala noticia es que vivimos equivocados sobre nosotros mismos" y entiendo (otra vez) que he malinterpretado toda mi vida, que a pesar del precioso guión, nadie -ni yo- estaba a su altura. Y río y lloro y tiemblo, y respiro, y qué más da todo, si todo no merece la pena.
Karen.