Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

domingo, 24 de abril de 2011

La común historia del que no es feliz.

Erase él uno más entre mucha gente,
Que vivía de vaso en vaso
Persiguiendo sueños escasos.
Contaba silencios entre palabras
Para tener bien medida
Su mirada
Perdida.
Erase él un común ciudadano,
Que reía con lo mundano
Y disfrutaba con lo cotidiano.
Paseaba acompañado
Y temía que le cogiesen de la mano.
No es porque no le gustase
Es porque temía que se acabase.
Le gustaban los abrazos,
Esos que surgen en un segundo
Y se hacen muy profundos.
Le gustaba que le sonrieran,
Y que con los ojos, le quisieran.
Erase él de los que siempre tienen prisa
Pero también
De los que se detienen si viene brisa.
Soñaba él con una sola sonrisa,
Que lo visitaba noche y día,
Estropeando su caligrafía
Y haciéndole escribir mala poesía.
Vivía en los bajos de un puente
Para recoger los suspiros que tira la gente
Y alimentar a su corazón
Que palpita de pura desolación.
No era infeliz
Pero a veces tenía un desliz
Y entre sus sueños
Se colaban lágrimas de empeño.
Reía, sí
Pero sólo porque si no, no vivía
Y morir era algo que aún, no quería.
No era él el más feliz de por aquí
Y sin embargo
Cada noche en su letargo
Recitaba viejas canciones de amor
Para adormecer a su corazón
Con un poquito de dolor…
Y al dormir,
Su corazón, ansioso por latir
Lo enviaba lejos muy lejos
A terminar sueños incompletos.

-Karen Acuña-

¿Qué?, Karen.

lunes, 18 de abril de 2011

Destino: "Aún Hay Tiempo # 31"

Supongamos que ha pasado mucho tiempo, y, entre las muchas cosas que se han inventado, logran un método para viajar en el tiempo…
Yo sólo enviaría una cosa…

   Querida yo:
No te pregunto cómo estás, porque sé que siempre contestas igual (no es que mientas, es que ni tú misma te aclaras).
Primero que nada, decirte que no estoy mal, que no era para tanto…
Ahora: pasemos a lo importante. ¿En qué pensabas cuando pensabas así? Y sabes a lo que me refiero, conmigo no tienes secretos, a mi no puedes mentirme.
Quiero que sepas una cosa: la cobardía no es tu problema, tu problema es la falta de fe. Eres demasiado negativa (no, no se llama “ser realista”, que sé que lo estás pensando, te conozco). Sé que es difícil, pero te recomiendo que dejes de pensar así.
Ahora me gustaría hablarte de algo: si alguna vez te pasa por la mente dejar que tu lado más frío e insensible tome las riendas, no lo permitas; porque eso hará que estalles (como una estrella cuando muere) en el momento y lugar equivocado (hazme caso, lo sé). En el fondo, tú y yo sabemos que lo frío no nos gusta.
Decirte que no tengas miedo y que vivas (no como debería ser) sino como más te guste, vive sintiendo que haces las cosas bien, aunque no sea así.
El objetivo principal de esta carta es decirte una cosa: ¡Por Dios, deja de vivir en tu mente! Deja de sonreír cuando no quieres, de mentirte, de callarte, y sobretodo deja ya de no escucharte.
Te digo un secreto: lo lograrás.

PD: Ojalá me hagas caso ahora, así nos evitamos cosas innecesarias.

Te quiere… tú. 


Enviado, Karen.

domingo, 3 de abril de 2011

Escribir por escribir.


Sólo escribo porque me apetece, no porque tenga algo que decir, ni por saber de alguien que lo leerá…  
No suelo escribir así, sin pensar lo que voy a escribir. No tengo una idea, ni estoy encaminada, sólo escribo *pequeña pausa* para mí.
¿Y qué puedo decir? Nada que os interese –minúsculo grupo de personas que me conocen, dentro de la pequeña porción de gente que me lee­–, os lo digo de verdad… ya podéis ir dejando de leer.

Retomo mi pregunta: ¿qué puedo decir? Puedo decir que no he escrito más poesía porque me da miedo (poquito) ponerme a escribir. Ahora es cuando debería darle a la tecla de borrado y eliminar esa última parte *pienso*. Pero he decidido (desde hace un tiempo) que no me quitaría libertad de poner nada por escrito, al fin y al cabo “¿qué más os da?”

Podría estar aquí durante mucho mucho tiempo, pero tampoco es plan que si alguien (tú) me lee se aburra (que lo hará. Es lo peor que he escrito, porque, en cierto modo: no he escrito nada.)

Para que esto no sea una pérdida total de (tu) tiempo… me detendré un segundo a pensar en algo que (te) pueda decir.  Nada  *pienso* Eso es lo que diré: Nada. *Pausa, pausa, pausa* Ahora lo explico:

Digo Nada porque suena mejor que Todo… porque Todo incluye todo lo malo. Y Nada es un misterio… *observo tu expresión* De acuerdo, puede que sea una tontería. Digo, nada.

He cometido un error.
*Silencio prolongado*
¿Quieres saberlo?
*Asentimiento*
No te lo diré.
*Asentimiento*
Bueno, está bien… le he dado al ON.
*Mirada de reproche sentido*
Lo sé… Ahora mismo le doy al OFF.


Adiós.
PD: Nada.

Sin decir nada, Karen.