Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Volar.

Volaba entre el viento, como siempre: del revés.
Quería llegar hasta el fin de los finales
Y como entre flores primaverales,
Atravesar cortando el tiempo
Todos aquellos recuerdos del pensamiento:
Que lo asaltan por sorpresa dando puñales
Haciéndolo ir corriendo, a saltar entre corales
Y cantando la canción, esa que no le correspondía
Entre las líneas, estaba que no sabía si lloraba o reía.
Deseaba girar, y dando vueltas, llegar al mar
Sentir el frío, y sin importarle, aterrizar
Sumergirse lentamente, para así atenuar
Todas las voces que ahí dentro
Lo hacían suspirar por un reencuentro.
Quería flotar, y entre las olas, olvidar
Ya no le apetecía más batallar.
Volaba entre lo bueno y lo malo
Entre lo hermoso y lo vano
Volaba entre los cielos nocturnos y diurnos.
Esperando, sin querer y sin apenas darse cuenta,
Aún estando en medio de la tormenta,
A la dueña de su penitencia.
Deseaba perder la conciencia
Y así lentamente recobrar
Todo lo que ella le hizo cambiar.
Volaba entre asolados paisajes solitarios
Queriendo de esos lugares
Algún olvido, como recuerdo, llevarse.
Quiso volar tan de prisa
Para así poder recuperar su sonrisa,
Que cuando cayó, rendido en sus intentos
De atravesar tantos vientos…
Miró al cielo por donde había estado corriendo
Y vio hermosas estrellas que antes creía apagadas
Brillando tan fuerte, que encandilaban.
Había dejado ya de volar
Y comenzaba de nuevo a esperar. 

-Karen A-

Aunque el viento se resista y no te permita seguir hacia adelante... ¡Vuela! y no te pierdas nada del viaje, siempre hay algo que te quieres llevar contigo. 

Volad, Karen.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Sobre mentir.


Verdades aparentes. Falsas verdades. Verdades incompletas.

Manual del buen mentiroso.

Todo buen mentiroso afirmará que mentir no es malo si se hace con un buen fin.
Todo buen mentiroso podrá negar que miente.
Todo buen mentiroso pasará desapercibido entre los menos mentirosos (que somos todos).

Para mentir no hace falta mucho, sólo basta con creer/pensar tu mentira.
Tu pensamiento es una realidad aparente. Una realidad, porque existe; pero aparente porque parece que "es" y "no lo es".
Para mentir hay que pensar, y después, afirmar tu pensamiento… de esta manera dices la verdad, pero mientes. Dices la verdad, porque, efectivamente, has pensado eso que has afirmado; pero mientes, porque, en verdad, lo que has pensado no ha sucedido.

Para mentir no hace falta esquivar la mirada, ni tener "la idea" pensada con anterioridad… Pero, siempre (y digo: siempre) hay que tener un motivo.
Cual sea el motivo es lo de menos (los hay buenos, malos, coherentes, incoherentes, miedosos y valientes…), sigue siendo un motivo. El que miente por mentir, también tendrá sus motivos (que puede saberlos, o no).

"Mentir nunca te hará bien"No sé quién lo dijo, pero… puede que haya sido algún buen mentiroso.  

Afirmad vuestro pensamiento (pensad cosas reales), Karen.

lunes, 22 de noviembre de 2010

¡Que llueva!

Caen gotas cristalinas desde el cielo
Encapotado, mientras al tren espero.
Bajo una vieja sombrilla observo
A la gente que pasa, pasa, viene y se marcha.
Observo las miradas: atentas, distantes, felices y bajas
Y a aquel colibrí que nunca descansa.
Viento, ese que viene imponente
Tumba mi sombrilla, y lo hace cruelmente.
Las  gotitas, todas juntas, me abrazan
Alzo los ojos y miro al cielo:
Esto curará mi resaca
De amores irreales que a los sueños opaca.
¡No llores!
Las gotitas, amigas, me invitan a llorar
Juegan con mis lágrimas, que ahora irán al mar.
Y empiezo a recordar…
Nunca debí dejar a la lluvia a mi lado estar.
Me siento al suelo
En la estación ya no hay nadie, estoy solo y espero.
Mientras el frío me cala desde dentro,
El viento hace de amigo, y me remueve el pecho.
No estoy triste, no estoy mal
Sólo quiero alguien a quien amar.
Que me haga olvidar, aquel in-iniciado querer
Que por querer ser algo, se escondió
En el acorazado escudo de algún complacer.
Y sé, que tú no estás pensando en mí
Sé que desde siempre, nunca fue un sí.
Ya no me importa, no me importa nada
Ni siquiera cuando veo tu mirada
Que, a pesar de todo, tengo guardada.
¡Desearía odiarte
Hasta los confines del mundo enviarte!
Expulsarte muy lejos y de mi vida borrarte.
Que sientas, como yo, cómo se siente
Cuando ya no se tiene aire,
Sólo un vacío espacio que te atormente.
¡No llores!
“Que estás solo en una estación
Y el tren, perdido, acaba de pasar”
Ya no distingo entre lo que fue y lo que será
Pero sé que ya me cansé de con las gotas jugar.
Adiós, amigas
Fuisteis de gran ayuda
Para mi abandonado corazón
Que aún seguía cantando esa misma canción

-Karen A-
¡Que llueva! Que no es malo.. Que caigan gotas, que se lleven todo... ¡Que llueva! 
Dejad que llueva a cántaros, que se inunde todo... y sumergiros.. que cuando salgais, ya nada os podrá ahogar.
Que, de vez en cuando, .. es bueno llover. 

Lloved, Karen.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Olvidada la nada


Caminar sobre lo que nunca existió
Dar un paso en falso hacia sitio ninguno
Comenzar desde el final, desde el momento uno
Estar ahí, y observar, lo que nunca sucedió.
Lo que sólo fue un despiste, y amaneció.
Sucedió de pronto, tras la noche veintiuno
Cuando ya no esperaba olvido alguno.
Cerré mis ojos y no vi nada
Un nada verdadero:
Una oscuridad en la que me acuno
Comenzando este prefacio
Despacio,
Sin querer darme prisa
Pues cuando algo confunde
Fácilmente te hace trizas.
Te coge las ilusiones y las funde,
Te aprisiona el corazón, y agonizas.
Olvidada la nada ya está
Enterrada en ese pozo sin fondo
Que llamamos olvido, ahí está.
¿Si nunca fue nada, para qué existió?
Nunca existió, o puede que quizá.
Mejor es pensar que no, y olvidar.
Flotar sobre recuerdos inacabados.
Con exceso de sueños, delirando acabar
Con el aire acompasado
Respirar.
Y sonriendo o llorando, terminar
Pero, sobre todo:
Olvidada la nada ya está.
Cuando ya no quedaban más palabras…
Y se terminaron por esfumar las miradas:
He finalizado, he aprendido a respirar

-Karen A-
Nada, miles de cosas inexistentes. Nada, lo contrario de algo. Nada es... nada. 


Aprended a respirar (no os quedeis en nada) Karen
 


domingo, 14 de noviembre de 2010

Miedos.

¿A qué tienes miedo?

Miedo es sentir pánico, cuando te ves incapaz de hacer algo (por más que lo desees con todas tus fuerzas).
Miedo es sentir que tu mente se enfría, que tu corazón se ralentiza y reanuda su marcha con más fuerza que antes de forma repentina y, sobretodo, miedo es… impotencia.
 Sentir que no puedes. Sentir que te sobrepasa. No hallar la solución. No querer dar la espalda y, sin embargo, darla.

Miedo a la verdad. Miedo a la mentira. Miedo a las palabras. Miedo a los silencios. Miedo a lo conocido. Miedo a lo oculto. Miedo a quedarse solo. Miedo a ver salir el sol. Miedo a mirar el reloj. Miedo a esa canción. Miedo a los saludos. Miedo a las despedidas. Miedo a lo hermoso. Miedo a lo desagradable. Miedo a las miradas. Miedo a lo que no oyes. Miedo a lo que callas. Miedo a lo que piensas. Miedo al espejo. Miedo a tus miedos. Miedo a vivir. Miedo a callar. Miedo a hablar. Miedo a mirar, a oír. Miedo a respirar. Miedo a la felicidad. Miedo a la tristeza. Miedo a los recuerdos. Miedo a lo que no recuerdas. Miedo a lo que quieres recordar. Miedo a no volar. Miedo a estrellarse. Miedos que te atrapan, te envuelven, te asfixian, te dejan confundido y te sueltan… solo, con miedo, en medio de la nada. 

Tened miedos (pero que no os asfixien), Karen

martes, 9 de noviembre de 2010

Causa-Efecto


“La relación causa-efecto está presente en todos los aspectos de la vida”
“No podemos controlar la realidad”

¿Acaso soy la única que ve que algo falla?
Estas dos frases (pertenecientes a un mismo texto sobre “El efecto mariposa”) se contradicen (según como se mire. Ya que TODO es RELATIVO).

Si toda causa tiene un efecto, antes de realizar ese acto (que es decisión tuya. La causa) puedes prever sus consecuencias (efectos), y entonces… controlamos nuestra realidad.

No controlamos nuestro destino último, que es la muerte (como todos bien sabemos). Pero sí podemos controlar (en cierta medida) nuestra realidad.

Si figuramos al destino como el pincel que dibuja nuestra realidad… nosotros seríamos la paleta de colores. Seríamos las opciones.

Como todo es relativo, las opciones son relativas. No todas las causas tiene el mismo número de efectos. Ahora que lo pienso con más detenimiento: los efectos son infinitos… Pensad en un ejemplo muy sencillo: tirar una piedra (causa). ¿Cuáles serían los efectos? El más obvio: la piedra caerá (acción propia de la gravedad). Pero… como nada es absoluto y no lo sabemos todo… existen miles de variables que cuestionarían su caída, o… si seguimos pensando en las causas-efecto: la caída de la piedra podría ser una causa para otro efecto.
He ahí nuestra decisión: tirar o no tirar la piedra.
Muchos llevarán al límite la definición de “destino” y dirán que el tirar (o no) la piedra ya estaba “escrito”. Tomemos como falsa esa posibilidad, ya que, repito: nada es absoluto.

Os invito a vivir vuestra realidad teniendo en cuenta dos cosas:
-          NADA es ABSOLUTO, TODO es RELATIVO.
-          Podemos controlar nuestra realidad. 

Causad, efectuad, Karen.

domingo, 7 de noviembre de 2010

En esta noche.

En esta noche que no es "esta" noche...

En esta noche solitaria
En que la luna dormida está en mi ventana…
Quiero pensar en ti, adormilada.
En esta noche sin tus versos,
Ni canciones, ni palabras por las que muero…
Dormiré tranquila, sabiendo
Que en mis sueños te encuentro.
En mis sueños te veré, como siempre,
Sentado en el suelo con tu guitarra
Y esa sonrisa que al corazón amarra.
En esta noche fría de ruidos y llena de silencios,
En las que las palabras se agotaron hace rato,
Me iré a dormir pronto, a soñar: que es barato.
Y si no estás, te esperaré
Un par de minutos, por si decides volver.
En esta noche llena de estrellas,
Que bailan traviesas,
Quiero cerrar mis ojos y…
Soñando, imaginando y deseando
Contigo encontrarme en otro lado
De sombras y de lunas iluminando.
En esta noche que casi acaba
Pienso en ti, y donde sea que estés
Por favor: ¡escúchame!
No te olvides de que sigo aquí
Esperando por ti
Y quedándome sin mí.
  -Karen A-

 Me he quedado sin nada más que añadir... Las noches: que a veces inspira y a veces mata. 

Que vuestra noche os inspiren, Karen

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Acaso es real nuestra realidad?

Aunque a veces sienta que la vida me pisotea y pasa de largo sobre mí… Aunque a veces tenga días sin palabras, días sin ganas, días inexistentes… Aunque a veces crea que no existo… Veo mi reflejo en el espejo, y sé que sigo existiendo.

Cada día hago lo mismo, pero ningún día es igual (ni mucho menos). ¿Serán esos días buenos parte de mi imaginación? ¿Será real cuanto veo o escucho en esos días? O… tal vez son irrealidades dentro de mi realidad, que me ayudan a escapar de mi aburrido día.

Como me gusta decir: “Por saber, no sé nada en absoluto”… Nadie sabe nada más allá de lo que hay en su mente, pero… ¿acaso es real lo que pensamos? No podemos ver pensamientos… si pudiéramos… si tan sólo pudiéramos… (Todo sería: o más fácil, o más complicado y doloroso)
Pienso cosas que nunca pasarán. Pienso miradas que no duraron tanto como creía. Pienso que pienso en muchas cosas. Pienso inventados pensamientos ajenos. Pienso palabras que nunca oiré. Pienso palabras que nunca diré…

¡Mi realidad, de tanto mezclarla con un soñar, se ha convertido en retazos sueltos de una estúpida soledad!

Sed reales, Karen.