Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Olvidada la nada


Caminar sobre lo que nunca existió
Dar un paso en falso hacia sitio ninguno
Comenzar desde el final, desde el momento uno
Estar ahí, y observar, lo que nunca sucedió.
Lo que sólo fue un despiste, y amaneció.
Sucedió de pronto, tras la noche veintiuno
Cuando ya no esperaba olvido alguno.
Cerré mis ojos y no vi nada
Un nada verdadero:
Una oscuridad en la que me acuno
Comenzando este prefacio
Despacio,
Sin querer darme prisa
Pues cuando algo confunde
Fácilmente te hace trizas.
Te coge las ilusiones y las funde,
Te aprisiona el corazón, y agonizas.
Olvidada la nada ya está
Enterrada en ese pozo sin fondo
Que llamamos olvido, ahí está.
¿Si nunca fue nada, para qué existió?
Nunca existió, o puede que quizá.
Mejor es pensar que no, y olvidar.
Flotar sobre recuerdos inacabados.
Con exceso de sueños, delirando acabar
Con el aire acompasado
Respirar.
Y sonriendo o llorando, terminar
Pero, sobre todo:
Olvidada la nada ya está.
Cuando ya no quedaban más palabras…
Y se terminaron por esfumar las miradas:
He finalizado, he aprendido a respirar

-Karen A-
Nada, miles de cosas inexistentes. Nada, lo contrario de algo. Nada es... nada. 


Aprended a respirar (no os quedeis en nada) Karen
 


1 comentario:

Puedes gritar. O hablar, si lo prefieres.