Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

martes, 27 de noviembre de 2012

No te quedes en la puerta.

Sé que cuando fuera hace frío y crees que dentro hace demasiado calor, quedarse en la puerta parece lo más razonable (he aquí el equilibrio ese del que tanto os hablo). Parece que estando en la puerta logras estar en ambos sitios a la vez, pero en realidad no estás en ninguno. En realidad, quedarse en la puerta es peor que quedarse fuera, por más que llueva, relampaguee y todas sus consecuencias.
Quedarse en la puerta es de cobarde, y si eres el dueño de la casa y permites que alguien se quede de pie en  tu puerta como un estúpido...eres más cobarde que él y he de decirte (no lo hará nadie más) que ya no tienes solución. No puedes echarle porque está lloviendo y tienes corazón, y si le invitas a pasar... no lo hará porque es un cobarde. Caput, finished. Así es el mundo, y así son sus habitantes. Y no, no me excluyo de este término en absoluto. Es necesario que de vez en cuando seamos un poco sinceros con nosotros mismos y mandemos a las variables cognitivas a tomar por culo y al rincón de pensar. Que sí, vale, volverán...pero para entonces se habrán equilibrado todos los niveles vitales y volverás a ser el idiota que llama de madrugada para colgar sin decir nada. 

Nunca aposté por un lector de mentes, no me interesaba...pero ahora, me parece bastante útil poder optar por la callada y que todos me entendáis, y que tenga que dejar de hablar tanto para nada.

Karen.

domingo, 25 de noviembre de 2012

QUE NO, NO EXISTE.


Excusas vacías.

Oh Dios, odio los títulos.
Cada vez que comienzo a escribir me digo a mí misma ¡innova, habla de otras cosas, cambia! pero... ¡qué va!, al final siempre acabo en el mismo hoyo. Por eso ya no haré más esfuerzos por escribir diferente, ni por dominar mis pensamientos, ni tampoco por caminar sin mirar al suelo. El problema es que si no hago nada de esto... ¿qué?
Odio los títulos porque prometen, prometen que lo que viene a continuación es, como mínimo, igual de bueno...pero nunca lo son. Por algo el título de lo que nos ha tocado vivir es "vida".
"...nos ha tocado vivir" ¡Joder con el puto destino, eh!
Ah, ya no me gusta nada de lo que escribo, pero escribo porque tengo un título y una imagen bastante triste.

Estoy a poco de ser ese escorpión, y lo que más triste de todo es que lo supe desde un principio.

Karen.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Quisiera, a veces.

Hace tiempo creía que necesitaba una cosa insignificante para conseguir todas las cosas que de verdad merecen la pena. Hoy, viendo cuán insignificante es, comprendo que creí mal (aunque no del todo). Es difícil saber cuál de todas las cosas que ayudan a conseguir otras cosas es la que hay que usar para conseguir una serie de objetivos. Por eso, los humanos tendemos a simplificar y a usar las mismas opciones una y otra vez en todas sus variantes, sin atrevernos a ir más allá. Hay algunos que se atreven a llegar al borde del abismo, y por experiencia puedo deciros que acabamos cayendo. Pero, tranquilidad, dicen que siempre se toca fondo, y es entonces cuando miras hacia arriba y te das cuenta de que ahora el cielo está más lejos.
A veces, comprendes que todo lo que has aprendido no te sirve de nada, que al final lo único importante es lo que no aprendiste; precisamente porque lo que no aprendes es una constante en tu vida, un asunto pendiente, una incógnita para nuestra  mente curiosa. A veces comprendes que has crecido, y que ya no puedes jugar como solías hacerlo... cuando no te importaba romper los juguetes o incluso hacerte daño. Y a veces, pero sólo a veces... recuerdas que de todas formas vas a morir.

Cuando llegue la muerte, si pregunta, le diremos: mereció la pena.

Karen.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Maldito tiempo.

Ja. Jaja. Jaaa. Jajajajajaja.
Me propongo la amnesia.
Creemos en el destino porque hay que creer en algo.
No es necesario mirar con demasiado ahínco para darse cuenta de que este mundo se va a la mierda por culpa nuestra; por culpa de gente como tú y como yo, gente normal... Gente que piensa demasiado.
Cuando voy por la calle no veo individuos, veo pares de individuos. Lo veo todo desde la perspectiva de una presencia omnipresente y me veo a mi misma como el alfiler del pajar... Sí, ese que nadie encuentra.
Me propongo la amnesia.
¡Yo voto por un mundo sin variables cognitivas!, un mundo en blanco y verde en el que nunca haga demasiado frío o demasiado calor. Un mundo ruidoso y pequeñito, con muchos pingüinos y elefantes. Donde las drogas caigan del cielo y las estrellas hagan bien su trabajo. Voto por un mundo sin puntos medios, ni caminos que no lleven únicamente a Roma, donde crezcan jardines en los tejados y donde por fin podamos respirar por placer y no por necesidad. Un mundo regido por la inercia, por el oleaje, por el pasar de los segundos. Un mundo donde 40 días sean 2 minutos, o al revés. Voto por un mundo sin cabida a las dudas, un mundo aburrido... Un mundo sin matices ni errores que te hagan aprender, sin historias diferentes; donde no haya helado de fresa ni kiwi ni melocotón, solo de vainilla y de limón. Voto por un mundo feliz. Sí, feliz.

Karen.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Enhorabuena.

"Enhorabuena, amiga. Haciendo lo que has hecho, me has demostrado lo valiente que eres. Sólo por eso, hoy te has ganado mis respetos." Y bueno, yo sonreía amablemente mientras escuchaba. ¿Qué otra cosa podía hacer? Joder, me estaban dando la enhorabuena por estar triste.