Hace tiempo creía que necesitaba una cosa insignificante para conseguir todas las cosas que de verdad merecen la pena. Hoy, viendo cuán insignificante es, comprendo que creí mal (aunque no del todo). Es difícil saber cuál de todas las cosas que ayudan a conseguir otras cosas es la que hay que usar para conseguir una serie de objetivos. Por eso, los humanos tendemos a simplificar y a usar las mismas opciones una y otra vez en todas sus variantes, sin atrevernos a ir más allá. Hay algunos que se atreven a llegar al borde del abismo, y por experiencia puedo deciros que acabamos cayendo. Pero, tranquilidad, dicen que siempre se toca fondo, y es entonces cuando miras hacia arriba y te das cuenta de que ahora el cielo está más lejos.
A veces, comprendes que todo lo que has aprendido no te sirve de nada, que al final lo único importante es lo que no aprendiste; precisamente porque lo que no aprendes es una constante en tu vida, un asunto pendiente, una incógnita para nuestra mente curiosa. A veces comprendes que has crecido, y que ya no puedes jugar como solías hacerlo... cuando no te importaba romper los juguetes o incluso hacerte daño. Y a veces, pero sólo a veces... recuerdas que de todas formas vas a morir.
Cuando llegue la muerte, si pregunta, le diremos: mereció la pena.
Karen.
"Y a veces, pero sólo a veces... recuerdas que de todas formas vas a morir". Yo me acuerdo constantemente, pero no hago mucho al respecto.
ResponderEliminarNi yo, ni la inmensa mayoría (tristemente).
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