Ja. Jaja. Jaaa. Jajajajajaja.
Me propongo la amnesia.
Creemos en el destino porque hay que creer en algo.
No es necesario mirar con demasiado ahínco para darse cuenta de que este mundo se va a la mierda por culpa nuestra; por culpa de gente como tú y como yo, gente normal... Gente que piensa demasiado.
Cuando voy por la calle no veo individuos, veo pares de individuos. Lo veo todo desde la perspectiva de una presencia omnipresente y me veo a mi misma como el alfiler del pajar... Sí, ese que nadie encuentra.
Me propongo la amnesia.
¡Yo voto por un mundo sin variables cognitivas!, un mundo en blanco y verde en el que nunca haga demasiado frío o demasiado calor. Un mundo ruidoso y pequeñito, con muchos pingüinos y elefantes. Donde las drogas caigan del cielo y las estrellas hagan bien su trabajo. Voto por un mundo sin puntos medios, ni caminos que no lleven únicamente a Roma, donde crezcan jardines en los tejados y donde por fin podamos respirar por placer y no por necesidad. Un mundo regido por la inercia, por el oleaje, por el pasar de los segundos. Un mundo donde 40 días sean 2 minutos, o al revés. Voto por un mundo sin cabida a las dudas, un mundo aburrido... Un mundo sin matices ni errores que te hagan aprender, sin historias diferentes; donde no haya helado de fresa ni kiwi ni melocotón, solo de vainilla y de limón. Voto por un mundo feliz. Sí, feliz.
Karen.
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