Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

lunes, 21 de marzo de 2011

NO.

No nos conocimos nunca,
Ni tampoco nos cruzamos la mirada
Bajo alguna noche estrellada.
No hablamos jamás de cosas importantes
Ni malgastamos segundos de nuestra parte
En soltar palabras escasas de arte.
Aunque quisimos fingir que nos veíamos,
Que no nos huíamos,
Y que al menos un poco reíamos…
Ambos sabemos que nunca supimos
Si la presencia del otro percibimos.
No perdimos tiempo entre canciones
Ni entre versos que al corazón enamore.
Tampoco entre rosas y velas
En alguna noche de cena.
No caminamos tomados de la mano,
Compartiendo el suelo sobre el que andábamos
Ni con sigilo pretendíamos que nos acercábamos.
¡Qué no! No nos miramos fijamente
Ni siquiera para hablarnos cruelmente
Y decirnos cosas que al corazón ahuyente.
No pensamos en dejar de decir “no”
Ni en inventar falsas frases de amor
Que lograran robar a la luna un resplandor.  
No  consta en mis papeles
Dato alguno de que alguna vez existió alguno
Que con sus ojos anularme pudo.
Tampoco consta en mis pulsaciones
Que amor y valor tenías como aficiones.
No hubo nunca un tal vez
Ni un te quiero al amanecer,
Ni sonrisas tontas que hacen enloquecer,
Ni susurros quedos que conceder.
No fui nunca testigo
De algo que, sin motivo
Me animara a cometer desvío.  
No juraste ni una sola vez
Que era verdad, que estaba al revés.
Y no te importaba si no creía
Que los nuestro era mentira.
No llegará esto a tus ojos,
A tus mieles paradojos…
Pues resulta que nunca nos conocimos
Y ni tan siquiera lo quisimos.

-Karen Acuña-

Lo no dicho, Karen. 

lunes, 14 de marzo de 2011

Perfección argumentada.

Ajá, ya sé que no existe… ¿Y qué?

Si la perfección existiese… sería… ¿cómo sería?
Me gustaría que fuese persona: el aspecto da igual, pero los ojos… los ojos tendrían que tener escrito “No tienes ni idea de lo que estoy pensando.” Los ojos serían lo más importante, sí; el color es lo de menos: que sean del color de las palabras, con un tono poético y melancólico, pero sin dejar de ser sonrisa. Su voz sería rasgada… con dejes de querer gritar cuando no se puede.
Perfección tendría que saber de todo un poco, para que las palabras no se le acabaran nunca. Tendría un corazón especial: con opción a remplazo en caso de daño. Y así funcionaría:

Perfección no carecería de problemas, aunque no le afectarían en absoluto.
Sentiría, sí. Sentiría todo lo que se puede llegar a sentir, pero no serían sentimientos irremplazables (y los podría desechar con toda facilidad.)
No digo que sea de hielo, ni que sea roca… (Eso es lo peor: porque el hielo y la roca, cuando se rompen, y sus trozos se dispersan, no se pueden volver a juntar)…digo que sabría pasar de página. No viviría atrapado entre las páginas del calendario.
Y he ahí la clave de la perfección: dominarte. Darle al off y que funcione, que funcione de verdad. Ser capaz de controlar tus pensamientos.
Todo (cuando digo todo, me refiero a ese pequeño detalle que no te deja en paz) está en la mente. Y con esto quiero decir que… La principal cualidad de Perfección sería dominar sus pensamientos.

-          Es imposible.
-          Un poco, pero no es imposible del todo. Porque no existe nada absoluto.
-          La gente no cambia.
-          Ya lo sé…

Si Perfección existiera, sería perfecto.
No intentéis ser perfectos… que no os saldrá bien (hacedme caso).
Podéis controlar vuestro pensamiento: todo es práctica.

-Le doy al off- (pienso)

Dominaros, Karen.

jueves, 10 de marzo de 2011

Querido tú:

Querido tú:
Debería dejar de escribirte
De pensar, de soñar, de vivirte.
Debería hacer como las piedras
Y estando fría, dejar que me muevas…
Debería, siendo roca, sentir mejor cuando se toca
O cuando no se toca, saber abrir la boca
Y cuando el silencio quiera salir, dejarlo existir
Que nada malo hace, sólo obliga a que me acorace.
Debería soltar la tinta, e intentar otra cosa distinta
Que no implique andar con fintas, ni tampoco con despintas.
Debería dejar de escribirte
De dormir, de volar, de no prescindirte.
Como las insensibles rocas, debería
Hacerte un silencio, una agonía.
Debería no tenerte tatuado en los párpados
Pues para borrarte ya no hay fármacos.
Debería de deber muchas cosas
Y cuando hago cuenta de las rosas
No tengo más que las espinas que destrozan
Mi corazón, cuando lo rozas.
Debería, en este momento, importarme lo que escribo
Pero, la verdad es que quizás lo hago sin motivo.
No es demasiado tarde, a estas horas de la noche
Cuando he decidido poner todo por escrito.
Que sepas que esta carta, que no vale ni media cuarta
Fue escrita con feos indirectos a tu precioso paseo,
Por mi mente, de mis miles de falseos.
Que sepas que en cada palabra que escribo
Hay una sola cosa que te digo
Y ahora digo: no es ningún castigo
Que ya no pueda estar contigo.
Que sepas que estaría toda la noche y parte de la mañana
Escribiéndote y dejándome llevar por malas mañas
Hasta que vengas con tus alimañas,
Que ya para nada me extrañan,
Y hundirme en mis musarañas…
Que sepas que sé que debería de dejarme de alegorías
Y llamar a las cosas por su nombre, sí, debería
Pero eres un pronombre, y sería una tontería.
Debería ir dejando esta nota
Que, aunque es para ti, no se nota.
Debería ir pensando donde dejarla
Para que, sin dejar de mirarla,
Nunca la leas
Y así yo muera.
Marcho a hacer algo mejor
Que escribir estúpidos versos que ni son de amor
Que no tienen valor
Y ni siquiera salen del corazón.
Son de estas cosas que te salen sin voz
Y cuando quieres darte cuenta
Suspiros llevas más de cuarenta
Y en medio de la afrenta
La luz buscas a tientas.
Debería de despedirme
Digo que debería ser firme.
Me marcho a soñar, cariño
Y con un guiño
Te dejo un beso
Confeso
E infirmo:
Yo.

-Karen Acuña-

Lo infirmo, Karen. 

lunes, 7 de marzo de 2011

Puesta de Sol.

Sucede la típica huída del tímido sol, cuando la luna, alegre y extravagante, hace acto de presencia. Siente tanta vergüenza ante tal acumulación de perfecciones que su piel se colorea de un fulgurante rosado. Poco a poco va bajando la mirada, sintiendo que, a cada soplo de viento que las nubes la acercaban, se hacía cada vez más y más insignificante. Sol, que tenía fama de rey, de alegrar días de primavera, de descongelar helados corazones, de ser Felicidad, y de ser arrogante en toda su grandeza y redondez, se sentía pequeño ante ella.
Luna, sabiendo los colores que provoca en Sol, quiere (unos días y otros muchos no) pintarse de amarillos románticos y, haciéndose la tímida, mirar por entre las nubes. Como otros muchos no: a veces, se hace la dormida y lo escucha reír. Y a veces se hace la misteriosa, y sólo le muestra su lado más bonito (Sol sabe que los dos, lo son). Luna, que no es tan fría ni perfecta como cree Sol, cuando quiere llorar, nos da la espalda y se hace llamar Nueva. Pero, haga lo que haga ella, Sol siempre se termina por ir, lo puede su belleza; y tímido: huye entre sus calores. Le deja el cielo (inmenso y con estrellitas incluidas)  para que esté cómoda y lo embellezca con su presencia. Él no quiere estropearlo con sus punzantes rayos de luz, que evocan al ruido y al desorden. Él quiere que sus pequeños rayitos brillantes atraviesen las nubes y lo saluden desde arriba.
En su huída, cuando por fin desaparece del todo por entre los finales del oeste, y se esconde bajo el horizonte… sueña que el día no llegará, y que ella, hermosa, en su cielo siempre va a estar.

-Karen Acuña-

Entonces el sol se pone, Karen.

viernes, 4 de marzo de 2011

Un poco sobre Pensar.


Odiaba pensar tanto... (Entiéndase pensar como: situaciones/palabras que nacen, crecen, se relacionan y se reproducen en la mente. Casi nunca mueren, pero casi.) Un sinónimo que suena más bonito: soñar. Odiaba soñar.
A la vez: me encantaba.
No dormía, para soñar.
El caso es que, para explicarte lo que quiero explicar, la palabra soñar no me vale.
Todos hemos oído eso de dilo con fuerza y se cumplirá, ¿verdad? El caso es que yo no creía en ello (y a la vez, pensaba que si no lo creía y lo hacía, no funcionaría: porque no creía en ello.)

Un detalle obvio: pensar nunca es algo objetivo. Piensas según tu estado de ánimo, según lo que te rodee, según… (Sí, según eso.)

Pensar implica recordar, imaginar y desear. Muchas veces, se cumple aquello que has pensado… entonces piensas: ¿Será verdad eso que dice la gente?
La respuesta es sí, a veces.  Pero es algo que no tiene explicación. Y, de todas formas,  esto va sobre cómo pensar…

Detente un momento.
Ponte cómodo. Suspira. Y sonríe.
Ahora: piensa en eso. (Sí, en eso que te acaba de pasar por la mente.)
Piénsalo con detenimiento. (Pero no pienses por qué has pensado en eso.)
Piensa en cada detalle… Cierra los ojos.
¿Has disfrutado?
¿Has sentido que era real? – No lo es.
Mira a tu alrededor. Observa dónde estás. Es distinto.
Es entonces cuando debes preguntarte: ¿Te ha valido de algo?
No.

…..

Se me acaba de pasar por la mente que no puedo explicarte cómo pensar.
¿No sabes darle al off? –te entiendo-
Dicen que si lo aprendes bien, no se te olvidará.
Pero aprenderlo bien conlleva tiempo, dedicación y práctica. (Me falta el tiempo.)

¡Qué no! Olvídate de todo esto que has leído, y haz lo que te apetezca.

¿Quieres pasarte el día pensando, para  nada? Adelante.
¿Quieres no dormir por estar soñando? Hazlo.
¿Te apetece sufrir? Nadie te detendrá.

¿Sigues pensando en eso? Sí. (Lo sabía, era el plan.)

Marcha a dormir, y no sueñes (si no quieres), Karen.