Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

miércoles, 31 de julio de 2013

Inspiración.

Quizás todos mis problemas deriven del placer que encuentro en ellos, de irme a dormir imaginándome cómo causar uno nuevo y llorar lamentando mi desdichada vida. Quizás; sí, quizás.

El arte nace de la mierda, pero no de cualquiera. El arte nace de un tipo especial de mierda, de esa que... que cuando... y si...etc etc. 
Una vez dije que para escribir es necesario tener algo roto (y no precisamente los zapatos). Hoy creo que es verdad, que la felicidad se expresa de otra manera, se siente y se hace sentir; y que la tristeza sólo sirve para hacer hermosos poemas con los que los felices se hacen más felices. 
Pero hay veces que tanta tristeza te rompe tanto que cualquier cosa que quieras escribir desaparece por el agujero que tienes en el pecho. 

Karen.

sábado, 13 de julio de 2013

Fe.

Empecemos por no hacer nada, absolutamente nada. No respiremos, ni dejemos de vivir; porque esperar es la solución, la clave, el quid de la cuestión, la respuesta, todo.
Prosigamos esperando, y después... esperemos más.
De pronto sucederá lo inevitable: no pasará nada, absolutamente nada, y morirás...porque, my friend, this is not Wonderland.
Karen.




eternamente

Me lo advirtieron. 

martes, 2 de julio de 2013

He malinterpretado toda mi vida.

Simplemente, nos encanta negar lo evidente; parece que así somos más felices, no sé. Mentirnos a nosotros mismos es mucho mejor que mentir a otros, yo diría que es casi hasta más placentero; como un canuto después del litro de cada tarde, o como desear morir y de pronto arrepentirse. Quizás odiar sea un sentimiento exclusivo de los humanos; y sin embargo no todos saben hacerlo, porque cuando se odia algo ya no se puede volver a atrás, arrepentirse y dar dos besos. Cuando se odia, se odia para siempre. 
Nosotros los humanos estamos siempre negando lo evidente, por eso cuando surge la ocasión para odiar, odiamos sólo un momento y después buscamos desesperadamente un recuerdo que excuse el motivo del odio... y amamos. Porque amar está guay; sí, amar es bueno para prevenir posibles achaques cardíacos y no sé... supongo que nos hace felices. Pero también es difícil, porque odiar es más fácil. 
Resulta bastante fácil odiar una foto que no significa nada, una escena que malinterpretas o simplemente el menú que toca comer hoy. Es fácil porque olvidamos, porque no sabemos odiar de verdad. Quizás eso nos mantiene vivos.
A veces lo evidente es demasiado evidente, demasiado obvio, y nos aferramos a ello. Y nos equivocamos, pero seguimos intentándolo porque creemos que es lo que corresponde. Quizás sea eso que llaman destino, tengo mis dudas.
Pero yo... Yo he malinterpretado toda mi vida. 

Karen.