Nosotros los humanos estamos siempre negando lo evidente, por eso cuando surge la ocasión para odiar, odiamos sólo un momento y después buscamos desesperadamente un recuerdo que excuse el motivo del odio... y amamos. Porque amar está guay; sí, amar es bueno para prevenir posibles achaques cardíacos y no sé... supongo que nos hace felices. Pero también es difícil, porque odiar es más fácil.
Resulta bastante fácil odiar una foto que no significa nada, una escena que malinterpretas o simplemente el menú que toca comer hoy. Es fácil porque olvidamos, porque no sabemos odiar de verdad. Quizás eso nos mantiene vivos.
A veces lo evidente es demasiado evidente, demasiado obvio, y nos aferramos a ello. Y nos equivocamos, pero seguimos intentándolo porque creemos que es lo que corresponde. Quizás sea eso que llaman destino, tengo mis dudas.
Pero yo... Yo he malinterpretado toda mi vida.
Karen.
Me gusta mucho la última frase. Me siento muy identificado con ella.
ResponderEliminarLo más jodido es despertarte y seguir odiando. Creo que esa es la señal del verdadero odio. Creo, y lo sé. Genial, como siempre ;D
ResponderEliminar¡Habrá que hacer algo al respecto!
EliminarGracias :)