Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

viernes, 30 de mayo de 2014

Ninguno era tú.

He besado a demasiados hombres que no lo valían; 
aunque tampoco he sentido nada por ellos, y siempre ha sido así.

Prácticamente, mi primer beso fue con un desconocido. Un joven de peso dudoso y barba perroflautera, pezuñas en los dedos y una boca enorme –en serio, enorme–. Charrasqueaba la guitarra y aunque tenía un extraño sentido del humor, me hacía reír. Creo que por eso, esa noche, me dejé llevar... bueno, por eso y por las cantidades ingentes de tequila que habíamos consumido previamente. Y sobre todo porque tú, tú estabas con otra. Me dejaste sola en medio de un montón de desconocidos alcoholizados y no sé, quizás quería vengarme –aunque todavía no supiera de qué–. Supongo que ahí empezó todo.
Tras ese, llegaron un sinfín de hombres sin nombre ni edad, que no valían más que sus zapatos y que solo me valían para un cuarto de hora. Después llegaron algunos que sí lo valían, y yo les di la patada solo porque ninguno eran tú. Maldito seas, cabrón.

 Karen.
Las cadenas ya se usan para demasiadas cosas, no las uses para escribir.

lunes, 26 de mayo de 2014

"Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver."

Sé lo que estás haciendo, y me gusta.
Sigue haciéndolo, porque me seguirá gustando, y lo sabes.

Voy a hacer como si no me hubiese dado cuenta.
Tú sigue leyendo.
Karen.

viernes, 23 de mayo de 2014

Lo peor de ser un desgraciado, es sentirse un desgraciado.

Caminabas de una manera tan tan peculiar... Al fin llegabas al punto de encuentro, y yo me cruzaba de brazos, saludos breves y marchábamos a la esquina de siempre. Litronas por el suelo, colillas, abrazos inexistentes, y aspersores que sabían más que nosotros cuando nos obligan a marchar. Nunca me gustó mirar el reloj pero, coño, sabía que el tiempo estaba pasando demasiado deprisa, que aunque cinco días eran una noche, acabaría por amanecer y... Caminabas de una manera tan tan peculiar.
Todo lo odiaba. La risa, el chiste, los besos, el secreto. Odiaba cada segundo de su existencia, la respiración entrecortada, el coche y los lunares de su cara. Ah, cómo no, odiaba el color de sus ojos, la carita de tonto, los portales a medianoche, el silencio. Odiaba todo lo que fuese odiable, y lo que no también, porque en ese momento hubiese hecho cualquier cosa por no ver cómo te marchabas.
Antes el cielo y las estrellas, el parque y los calcetines. Ahora el cubata, los condones y la fiesta.Vuelve a ser verano y joder, caminas de una manera tan tan peculiar...
Karen.

martes, 6 de mayo de 2014

Otra vez.

"Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas."
-Marwan.

Lo soy, y por eso escribo otra vez, por masoquismo, placer, o estupidez.
Ahora es diferente, ya no siento esas ganas de llorar párrafo a párrafo, ni me tiemblan los dedos al dudar si escribir, o no, la palabra prohibida... Ya no me llega la inspiración, escribir ni me relaja ni me hace llorar, ya no siento nada, joder. ¿Qué coño has hecho? No me apetece, pero ya no sé escribir de otra manera, y por eso te escribo; ahora, libre. Ahora, sé con certeza que no me leerás, que si antes te importaba poco, ahora menos -mucho menos- y que si por un casual lo haces, no lo sabré... ya ni te conozco.
Pero si lo haces, que sepas que no tendría sentido dedicar esto a otro que no seas tú; lástima que no supieras entenderlo. 
Me cuesta que las palabras salgan a la luz, y casi que mejor que así sea. Ambos somos más felices.
Karen.