Oh Dios, odio los títulos.
Cada vez que comienzo a escribir me digo a mí misma ¡innova, habla de otras cosas, cambia! pero... ¡qué va!, al final siempre acabo en el mismo hoyo. Por eso ya no haré más esfuerzos por escribir diferente, ni por dominar mis pensamientos, ni tampoco por caminar sin mirar al suelo. El problema es que si no hago nada de esto... ¿qué?
Odio los títulos porque prometen, prometen que lo que viene a continuación es, como mínimo, igual de bueno...pero nunca lo son. Por algo el título de lo que nos ha tocado vivir es "vida".
"...nos ha tocado vivir" ¡Joder con el puto destino, eh!
Ah, ya no me gusta nada de lo que escribo, pero escribo porque tengo un título y una imagen bastante triste.
Estoy a poco de ser ese escorpión, y lo que más triste de todo es que lo supe desde un principio.
Karen.
Sin un buen título, no se puede empezar una buena historia. Así lo veo yo.
ResponderEliminar