Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

martes, 27 de noviembre de 2012

No te quedes en la puerta.

Sé que cuando fuera hace frío y crees que dentro hace demasiado calor, quedarse en la puerta parece lo más razonable (he aquí el equilibrio ese del que tanto os hablo). Parece que estando en la puerta logras estar en ambos sitios a la vez, pero en realidad no estás en ninguno. En realidad, quedarse en la puerta es peor que quedarse fuera, por más que llueva, relampaguee y todas sus consecuencias.
Quedarse en la puerta es de cobarde, y si eres el dueño de la casa y permites que alguien se quede de pie en  tu puerta como un estúpido...eres más cobarde que él y he de decirte (no lo hará nadie más) que ya no tienes solución. No puedes echarle porque está lloviendo y tienes corazón, y si le invitas a pasar... no lo hará porque es un cobarde. Caput, finished. Así es el mundo, y así son sus habitantes. Y no, no me excluyo de este término en absoluto. Es necesario que de vez en cuando seamos un poco sinceros con nosotros mismos y mandemos a las variables cognitivas a tomar por culo y al rincón de pensar. Que sí, vale, volverán...pero para entonces se habrán equilibrado todos los niveles vitales y volverás a ser el idiota que llama de madrugada para colgar sin decir nada. 

Nunca aposté por un lector de mentes, no me interesaba...pero ahora, me parece bastante útil poder optar por la callada y que todos me entendáis, y que tenga que dejar de hablar tanto para nada.

Karen.

2 comentarios:

Puedes gritar. O hablar, si lo prefieres.