Erase él uno más entre mucha gente,
Que vivía de vaso en vaso
Contaba silencios entre palabras
Para tener bien medida
Su mirada
Perdida.
Erase él un común ciudadano,
Que reía con lo mundano
Y disfrutaba con lo cotidiano.
Paseaba acompañado
Y temía que le cogiesen de la mano.
No es porque no le gustase
Es porque temía que se acabase.
Le gustaban los abrazos,
Esos que surgen en un segundo
Y se hacen muy profundos.
Le gustaba que le sonrieran,
Y que con los ojos, le quisieran.
Erase él de los que siempre tienen prisa
Pero también
De los que se detienen si viene brisa.
Soñaba él con una sola sonrisa,
Que lo visitaba noche y día,
Estropeando su caligrafía
Y haciéndole escribir mala poesía.
Vivía en los bajos de un puente
Para recoger los suspiros que tira la gente
Y alimentar a su corazón
Que palpita de pura desolación.
No era infeliz
Pero a veces tenía un desliz
Y entre sus sueños
Se colaban lágrimas de empeño.
Reía, sí
Pero sólo porque si no, no vivía
Y morir era algo que aún, no quería.
No era él el más feliz de por aquí
Y sin embargo
Cada noche en su letargo
Recitaba viejas canciones de amor
Para adormecer a su corazón
Con un poquito de dolor…
Y al dormir,
Su corazón, ansioso por latir
Lo enviaba lejos muy lejos
A terminar sueños incompletos.
-Karen Acuña-
¿Qué?, Karen.
tan comun..tan comun...
ResponderEliminarcomo la mia...
ay...
me llego al corazon esto...
un abrazo karen