Gritos escondidos bajo el corazón, ahogados en la garganta, encerrados en los ojos y haciendo daño. Gritos que se mueren por salir, y se quedan agazapados en la boca, hiriendo como espinas, prefiriendo sentir dolor a que volar y liberarse. Gritos pequeños, tímidos pero valientes, que salen sin esconderse. Gritos susurrados, que desean salir y expandirse, pero se quedan cerca de un oído que escucha todo sin entenderlo. Gritos que van de boca en boca, que cambian y transforman su volumen, rozando el filo de la irrealidad. Gritos en oídos ajenos. Gritos en la tinta de una hoja, que se pierden bajo la lluvia, olvidados. Gritos desesperados. Gritos a todo pulmón. Gritos de liberación. Gritos de amor, encontrados, abandonados en la calle, sin dueño y sin razón.
Gritad, Karen