Para empezar: ¿por qué azul? ¿Por qué no morado, o verde? El cielo siempre se ve más bonito cuando no es azul.
El mar sí, es perfecto. Azul casi negro y a veces transparente.
Para ser perfecto, el mundo debería contar con un botón de reinicio. Así, cuando ya no encontremos más teorías, ni podamos inventar historias novedosas; cuando ya hayamos agotado la intriga y nos dediquemos a crear estúpidas teorías basadas en otras que no explican nada nuevo, a rehacer viejas historias y a sumirnos en un aburrimiento crónico... alguien podrá levantarse de su cómodo sofá y accionar el botón.
Todo daría vueltas, los colores se mezclarían, la intocable Ley de la Gravedad se hundiría y traslatormentasiemprevienelacalma se posaría en el mundo.
Entonces no seríamos más que un puntito en el espacio, hasta que Nosesabequién, con su lápiz de hacer al mundo, nos explotó y blablabla, todos sabemos el resto. Nació la Tierra. ¡Pero por Dios! ¿A qué ser falta de imaginación se le ocurrió semejante nombre? A demás de poco imaginativo era poco observador, porque resulta que nuestra Tierra... es más Agua que Tierra. Aunque eso es lo de menos, ¿no? Un nombre no define quién eres.
Bueno, una vez producido el nacimiento de la Tierra y demás sinimportancias... y BLABLABLA naciste tú y nací yo. Ay, ay, ay... naciste tú. Porque yo: de acuerdo, vale, genial. Nací y todo es perfecto. Pero tú: naciste, vale, perfecto pero... ¿tenías que meterte en mi camino?
Si el mundo fuese perfecto, mi camino y el tuyo no se hubieran encontrado tan pronto. Si fuese casi perfecto, el tiempo se habría de detener para que pudiese retenerte hasta el momento justo en el que debiste aparecer.
Si el mundo fuese perfecto, la torre Eiffel estaría en mi jardín y el whisky saldría de las fuentes. ¡Ay, si fuese perfecto! Si lo fuese, ahora yo no estaría aquí y nunca habríais leído esto; porque yo estaría contigo en algún lugar muy muy lejano dejando que el café se enfriase un poco.
Por ahora, céntrate en encontrar el botón, Karen.
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