Piensa en todas las cajetillas que no compraste. En los cigarros que se quedaron apagados.
Piensa en las multitudes sintigo en medio para morirte de asfixia, angustia y calor.
Piensa en todas las flores del jardín que se han quedado secas, en el recibo del agua que no puedes pagar.
Piensa en el maletero vacío de tu coche, y en la lista de gente por asesinar.
Piensa en la botella vacía, en las pastis de tu colega, en tu colega que se fue hace mucho, en la ciudad dormida, en las manos sin dueño, y tu portal... ¡que a saber dónde está!
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