Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

miércoles, 18 de abril de 2012

A posteriori.

Pienso en algo y de pronto quiero decirlo, pero no puedo hacerlo... así que lo escribo, y siento esa estúpida necesidad de que alguien lo lea. Quizás para sentir que lo dije en voz alta, o quizás por pura manía.
Luego vuelvo a pensar y, claro... quizás lo haya leído alguien. Quizás alguien se esté preguntando todo lo que hay detrás, o en lo mal que está escrito -¡Oh, le ha faltado una tilde!- o quizás simplemente le haya gustado.
El punto es que, si lo leéis, algo pensareis.
Lo habéis leído, lo sé. Se os nota en la forma de parpadear; incluso soy capaz de adivinar lo que pensáis tras haberme leído. 
Me preocupan esas líneas; las que pensé en decir pero que preferí escribir, y que luego decidí que no era buena idea. ¿Y si al final no las borré? Cruzo los dedos y deseo no haberlo hecho; me apetece cometer un error como los de antes, de los que causaban guerras mundiales.
¿A quién quiero engañar? Quiero que me leáis. 
Vuestra forma de caminar os delata. 
Entonces siento esa estúpida sensación de fingir que no he escrito nada, que no habéis leído nada y que esto nunca ha pasado.
Menuda estupidez. 

2 comentarios:

  1. Yo prefiero escribir a decir porque perdura en el tiempo y no puedes predecir quién te hojeará, en cualquier momento, por cualquier razón. También prefiero escribir porque me gusta más leer que escuchar.

    Yo te leo.

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  2. Leyendo se escucha mejor.

    Me gusta que me lean.

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