Lo admito, me aburre vivir. Me cansa el no hacer absolutamente nada emocionante. Me preguntáis qué es vivir y te diría que...bueno, que no estoy muy segura. Me hace falta que me pasen cosas, no causarlas... Siempre que me pasa algo es porque lo he causado yo (aunque no lo parezca
-es que soy muy discreta-)
Quiero que no me dejéis en paz, que invadáis mi territorio, que me abracéis y me quitéis este absurdo miedo a los abrazos. Quiero que os acordéis de mí no sólo cuando me muera, sino todos los días antes de ese día. Quiero dejar de ser un mero espectador y pasar a ser un personaje. No me pido ser el prota, ni tener un papel importante, quiero ser ese que sólo sale en una escena pero que le da sentido a la película, ese del que todo el mundo se acuerda al salir del cine.
Quiero organizar mi rabia y que me defiendan la alegría, porque harta que estoy de defenderla yo.
Vivir no es para tanto. Ni difícil ni espectacular. Es sólo un cuenco de cerezas, te las comes y se acabó lo que se daba. Pero dicen que mola, que es divertido...por eso sigo aquí, esperando el gran momento. Y mientras espero, me voy a dormir un rato.
Karen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes gritar. O hablar, si lo prefieres.