Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

martes, 12 de febrero de 2013

Sólo nos pido paz.

Estoy procurando no volver a escribir en segunda persona, pero... Argg. Intento no salirme del guión, de al cerrar los ojos no ver nada y de escuchar música no sólo cuando estoy a solas, ya sabes. También intento no escribir demasiado triste, pero me he puesto a leer lo que escribía antes y...¡vaya!

Antes todo era como flores de porcelana, con un deje de falso. Demasiado brillante, pero precioso. Antes me gustaba, pero tenía miedo. 
Ahora todo es como de cemento, completamente real. Demasiado gris, demasiado duro, demasiado triste. Ahora me sigue gustando, pero el miedo es diferente. 

Escribir en primera persona es como ir a un bar y contarle tus penas al barman entre birra y chupito. Ni te escucha ni le importa una mierda lo que le cuentas, ni tú te sientes aliviado al salir del bar a las cuatro de la mañana dando tumbos. Así que volveré a las andadas y a escribir en segunda persona, a hacer como si le escribiera a alguien y sentir que el tío del bar me escucha y comprende. A pisar el acelerador sin remordimientos y ser feliz porque...bueno, sólo porque sí. A escribir versos de agua y fundirme con ellos, y a llorar ¿por qué no? hasta quedarme dormida. A retroceder miles de pasos, sólo por el placer de sentarme a escribir, luchando por ver lo que escribo a través de mi propia lluvia. Volveré a ser yo, a que me importen las cosas y mentir diciendo que no, a fingir alegría e indiferencia. Volveré al principio de todo, porque los principios siempre son más bonitos que los intermedios, y de los finales ni hablar. 

Karen.

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