Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

lunes, 28 de febrero de 2011

Allí.


Estaba todo oscuro en aquel lugar
No sabía muy bien cómo ahí fue a parar
Pero ya estaba deseando salir, y respirar.
Muy poco ruido, se sentía observado
Comenzó a correr sintiéndose desorientado.
Por su mente una sola cosa pasaba
Y sus pulsaciones se aceleraban.
Desde su risa hasta su mirada
Pasando por detalles que no son nada
Y hasta palabras que imaginaba.
De pronto un fuerte viento se levantó
Varias vueltas le dio
Y sus recuerdos le arrebató.
Ahora sólo sabía de su existencia
De cuánto la quería
Y que por recordarla, la vida daría.
¡Tanto había pedido olvidar!
Y ahora, sólo quería recordar
Todo aquello que lo había hecho llorar.  
A sus pies, el suelo se abrió
Y como por un agujero, cayó.
Sin fondo, la oscuridad lo envolvió.
Nada. Eso es lo que había
Y sin embargo, ¡tanto le dolía!
Un golpe en seco detuvo su caída.
Y sintió como poco a poco volvía…
Su voz, su risa, su palabra
Su caminar, sus manías, su mirada
Su pasar sin decir nada.
Entonces ella llegaba
Como salida de la nada
Como si de la realidad pasara.
Un beso le daba
Y se esfumaba.
A su alrededor, todo a trozos se caía:
Una representación de todo lo que sentía.
La veía alejarse
Riéndose del daño que le hacía.
Le gritaba, y ella volvía.
En sus brazos, muy fuerte le asía
Y con un susurro, le decía que le quería.
Entonces se hacía de día.
El sol salía, los ojos abría
Y veía que a su lado, nada había.

-Karen Acuña-
Colaboración: Jorge Fandiño. 

Id allí, pero regresad, Karen.

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