Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

jueves, 20 de octubre de 2011

Vamos... recuérdame.


No ofrezco recompensa. 
Pensaba en mí, me llamé y no contesté. Entonces descubrí que me había perdido. Repasé los días de mi ausencia y… no me extrañó darme cuenta que hacía mucho que no estaba y no me había percatado. Ni siquiera me echaba de menos. Tampoco quiero regresar. ¿Pero dónde diablos estoy?
Quizás me confundí de cama, y me metí al espejo antes de dormir. Ó… puede que esté tumbada en alguna montaña pidiendo deseos inútiles a pequeñísimas estrellas fugaces. ¿Quién sabe? a lo mejor estoy contigo. Es posible que me haya vuelto valiente y esté rodeada de llamas mientras intento salvar a ese hombre de gafas gigantes. Pero no. Lo más seguro es que la sombra se haya hecho conmigo.
¿Qué me pasó?
¿Dónde están los versos?
¿Dónde están los tequierotequierotequieroquenuncatediré ó los notevayasquédateunpocomásamilado ó los nomepreguntestementiréesperandoquesepasquemiento?
Si soy sincera… no quiero regresar. Aquí se está muy bien. Es temporal, lo sé…

Pronto lloverá y mi caja de cartón se estropeará.
Entonces mi corazón, a descubierto quedará.
Y si por ahí estás
En él tu imagen verás.

No pienso regresar. Si regreso, me expulsaré de nuevo y cubriré mi corazón con cemento y piedras. Porque de nada vale tener un corazón si no lo sabes usar.

Y ahora: te recuerdo quien era.

Piénsame.
Coloréame las mejillas
Con tus mentiras.
Quiéreme.
Sujétame fuerte y que me vaya no dejes
Pues yo sólo quiero que me apretes
Y que mi corazón sujetes.
(…)
Pero eres ausencias de ti
Y me quieres sólo para dormir.
Vete así
Muy lejos de mí…
Pero quiéreme cuando regreses
Y has como si descubrieses
Lo que te quiero.


(Introducir consejo, que a mí se me han agotado), Karen.  

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