Este título se vale por sí sólo. Es un título
egocéntrico, como todos nosotros. No voy a hablar de mí, por si alguien se
creía. Pero sí, podría hacerlo, podría hablar del mundo, del mundo que gira a
mi alrededor y vive por y para mí.
En un asiento del vagón de algún tren, alguien alza la mirada
de su periódico. Su mirada, por mera casualidad, se cruza con la tuya. ¡Ya
está! ¡Me está mirando a mí! ¡A MÍ! Sólo a mí, de entre las demás personas que
hay. Seguramente tenga algo en el pelo ¿Me habré peinado? Me miro hacia abajo.
Bien, no hay rastro de mi pijama y mis
zapatos se han puesto de acuerdo en cuanto a colores y formas se trata. Quizás
le guste como voy vestida, o le moleste el brillo de mi pelo. O quizás intenta
adivinar el color de mis ojos. Seguro que le encanto. ¿Se acercará a
preguntarme la hora? Pero lleva reloj. ¿Por qué no aparta la mirada? Seguro que
está sólo y quiere charlar con alguien.
Lleva gafas. ¿Qué tendrá: astigmatismo o miopía? ¿Le gustará el mismo
estilo de música que a mí? Parece que le gusta el jazz, y tiene pinta de saber
tocar el saxofón. ¡Ya lo sé! Es un músico bohemio (de la antigua escuela), le
gusta beber café y actualmente no tiene trabajo. ¿Qué pasó? Ya no me mira… ya
habrá visto que mis ojos no tienen nada de misterio, que son marrones a secas.
Ha sido sólo un mísero microsegundo (de esos bien
pequeñitos) pero te ha dado tiempo de pensar todo eso.
Quiero decir… ese
hombre probablemente no sea músico, sino un ingeniero de los más normales, con
familia y una hipoteca bajo el brazo.
¡Egocéntricos todos! Pero YO más que nadie (YO sobre
todas las cosas), Karen.
*-* aww verdad q creo q esas preguntas no las hacemos todas , al menos todas las chicas soñadoras !
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