Lo más bonito de mentirte es que sabes cuando lo hago, y que finges que me crees, y que yo hago como si me hubieses creído. Todo está en perfecta armonía; una esfera platónica que gira, víctima de la inercia. Mirarte a los ojos y no poder quedarme callada, sentir cómo el silencio teje su telaraña y nos distancia, y aliviarme cuando te das cuenta, cuando soplas y la telaraña pierde consistencia.
Hacer sólo lo que odio, y no decir las cosas que me apetece decir... Decir no innumerables veces y arrepentirme unas infinitas veces más. Pero a veces soy demasiado valiente, y con mi espada de madera pretendo hacer mella en tu corazón de hierro... tatuandote ese sí que no paro de repetirme en sueños. Sueño que pierdo. Entonces me hundo en el hormiguero, y me enfrento con gente de mi tamaño.
Lo más bonito de perderte será lo que escriba los días siguientes, porque alguien dijo alguna vez que sin tristeza no hay poetas. Y aunque no sea poeta, perderte será una tristeza muy bonita. Te recordaré como el que me enseñó a escribir, como el señor que me hace llorar si llora, y como el imbécil más simpático que he conocido jamás. Seguramente me recuerdes por esto, y sólo por esto... que, al fin y al cabo, es una mentira más.
Pero dime: ¿qué pasa luego? ¿qué viene después del punto y final?
Karen.
Después del punto y final, vienen nuevo libros, nuevas historias, y si vuelves a abrir el mismo, no importará, porque vendrán las descargas de poesía que regalas en cada prosa que escribes. Sí eres poeta, ya lo creo que lo eres. Un beso.
ResponderEliminarDespués de leer todo lo que ya he leido no debería sorprenderme. Y sin embargo me sorprendo.
ResponderEliminarMe fascina la fuerza de tus palabras, lo hermosas y a la par demoledóramente tristes que resultan. Me gusta mucho esta entrada.