Se trata de mezclar azúcar con sal.
Se trata de tocar las cuerdas hasta desafinarlas, de caer poco a poco en la locura y de no querer levantarse.
Se trata de respirar por gusto y no por necesidad.
¡Oh, por Dios! Se trata de morir con un cartel que diga demasiado tarde.

¿Me lo parece a mí o el amor ya no viene con forma de besos? ¿Qué fue de los ojos que se tocaban a escondidas, y que entre parpadeo y parpadeo, te robaban un beso? Me parece a mí (o soy yo) que el amor ahora es cosa de copas y luces, y con suerte dura hasta el amanecer. Soy yo (o me lo parece a mí), pero creo que el momento de los besos y el sudor ha perdido los besos y multiplicado el resto... que el guiño de después se esfumó, como lo hizo el amor y sus zapatos de tacón.
Se trata de confundir la prosa y la poesía... de saber que el amor, ya no es ninguna guerra.
Haced del amor una guerra, y de la guerra... amor. Karen.
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