Este es un tema en el que pienso constantemente, aunque nunca me había puesto a escribir algo en serio.
Hace unos meses, mi profesora de educación ético cívica nos hablaba de la felicidad, y nos mandó a hacer una breve redacción sobre el tema: teníamos que escribir nuestra interpretación de la felicidad.
Yo no tuve duda alguna: “los niños son los únicos seres humanos que disfrutan de una felicidad plena”, basándome en los escritos de Epicuro, quien dice que la felicidad irradía en la falta de preocupaciones.
Coincido en absoluto con Epicuro. Si no hay problemas, hay felicidad. Pero… ¿diciendo esto estoy diciendo que los adultos no pueden ser felices? Yo misma tengo que contradecirme, porque hay muchas personas con problemas, que, a pesar de todo, son capaces de regalarte una sonrisa.
Bien puede ser que esa sonrisa no sea sentida, pero, resulta que, entre las pocas cosas que son autenticas en la mayor parte del tiempo: está la sonrisa.
Sonreír es algo tan natural, que siempre sale sin que te des cuenta. “Una sonrisa no es lo mismo que reírse a carcajadas”. No sé si ya he perdido el hilo del tema del que hablo, no sé si me he desviado, sólo sé que todo lo que he dicho lo pienso de verdad.
Regresando al tema de los niños: son felices.
Nunca verás a un niño infeliz, podrás ver a uno triste o enfadado, pero nunca, nunca a uno infeliz. Aquí parece que me vuelvo a contradecir, pero no creo que la tristeza y la infelicidad sean lo mismo: se confunden, pero, puedes estar triste y feliz a la vez, (por ejemplo: te vas de viaje, un viaje que llevabas esperando toda tu vida, eso te hace feliz. Tienes que dejar a tu familia por un año, eso te pone triste, pero no te hace infeliz). Retomando el tema de los niños, nuevamente. No conocen de problemas, por más que vivan rodeados de miles de ellos.
Un niño sonríe si le regalas la hoja caída de un árbol, porque no piensa en lo que es, sino en lo que significa: un regalo.
Sin embargo, sí que es cierto que muchos adultos carecen de preocupaciones, o del sentido de la preocupación. Más lo segundo que lo primero.
¿Estas personas son felices? No del todo, pero lo intentan, y con eso ya han logrado una gran parte.
La felicidad puede ser algo pasajero, como un estado de ánimo, aunque no sea lo mismo. Un día te puedes sentir la persona más feliz del mundo y al siguiente, la más desdichada.
Me quedo con la simple idea siguiente:
La felicidad no se puede definir y es diferente para cada persona. La felicidad no es estable, más sólo en los niños. La felicidad no es algo que se persiga, no es un fin, es un estado en que todo el mundo quiere estar, ya que “el futuro no existe, sólo el presente.”
Esta última frase no me pertenece, debo citar a Oscar Wilde.
Sed felices, Karen.
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