Despacio.
457 silencios escondidos. Todos encontrados.
Primero
que nada, piensa detenidamente acerca de la pregunta que voy a formularte: ¿Te
arrepentirás más tarde, cuando no puedas desesconder lo escondido?
Si
sigues leyendo he de suponer que la respuesta es un claro, alto y rotundo NO.
Bien,
empieza por llorar. Llora. Por respeto a tu abandono hacia las oportunidades
(que sólo sea un minuto). Recomponte y elimina cualquier rastro de emoción.
Busca un sitio lleno de gente, con ruido. Gente que hable, que grite, que ría,
que mare, que montañe, que desierte y que playe.
A
los escondidos no les gusta el silencio ni la soledad; se aburren y acaban
encontrando el camino de regreso a casa.
Te
cuento, (aquí: en confianza) por propia experiencia, que esconder no es
olvidar, es rendirse sin haberse puesto de puntillas para saltar desde lo alto
de la silla.
La
conciencia te pesará, porque es ahí donde se esconde lo escondido. En la mente,
en algún rincón de ese (a veces) enorme lugar. Tienes que cerrar las puertas y,
si no eres lo suficientemente valiente, deberás usar también un candado.
¿Comprendes?
Una
vez lo dejes, date la vuelta y no mires atrás. Sentirás ganas de llorar, pero…
si escondes algo es porque verlo siempre en el mismo rincón de tu habitación
(cogiendo polvo) te hacia llorar más.
Y
nunca, nunca, nunca (¡NUNCA!) olvides dónde lo has escondido, Karen.
hahahah este me ah gustado bastante , me recuerda a mi y por q sera q en veces no scondemos aquellas cosas de nuestra habitacion aun cuando nos haga llorar? sera idiota o q ? ..muy bueno tu reflexion:)
ResponderEliminarRitae Fleitas <3
Sabes que no me refiero a cosas de verdad, ¿no? Es metáfora. Me refiero a "recuerdos" (;
ResponderEliminarUn beso, querida.