Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

jueves, 24 de mayo de 2012

Tengo la sangre triste y sucia, como la mirada.

Cuando te levantes con el pie izquierdo, llámame. Pero no te creas que lo hago por ayudar; si quieres mi hombro para llorar.... págame. Si te levantas con el pie izquierdo, si estás enfadado, si quieres romper cosas y hablar muy alto... en fin, si te levantas con irrefrenables ganas de odiar, ya sabes que nunca me gustaron los dramatismos.
A decir verdad... para no ser partidaria de los dramatismos... me he dejado el alma y un 42% de agua en algunas letras, he visto películas sólo para hacerme daño, y he escuchado canciones como estacas. He pensado en cenas bajo las estrellas y manos unidas en medio del fin del mundo... Pero no, los dramatismos no son lo mio. Yo diría que es un suicidio teórico, porque no tengo los cojones de ponerlo en práctica.
Así que, uniéndome al neopensamiento neomoderno, neonihilista, neopragmático y neo-loquesea, decidí llevar la neovida que nunca quise. En mi defensa diré que fue una decisión sugestionada por fuerzas superiores a mí, es un caparazón de terciopelo.
Me encantan las miradas de desaprobación; me hacen reír.
Cloroformo nada más nacer, y esta es la consecuencia, ¡vaya! ¿Me dirás que es culpa mía? Lo siento por haber despertado tan tarde.

No quiero empezar de nuevo, pero estaría bien saber qué hubiera pasado si ese día no te hubieses levantado con el pie izquierdo y no me hubieses llamado.

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