Has cambiado el verde por cualquier otro color, siempre y cuando la esperanza no esté implícita en él; el blanco es un buen sustituto. Ahora todas tus camisas son blancas, impolutas de cualquier sentimiento; no te hace falta cargar con más, el sentido común es suficiente para hacer pasar las horas y morir cada día un poquito más.

No sabes por qué, pero ayer mirabas al cielo y había nubes aunque fuese el más despejado de los veranos... Todas las nubes tenían formas, colores, incluso olores y sabores -¡olor a ti!- Ahora si ves el cielo y está despejado, obviamente no verás nubes. Las has matado, mientras te matabas a ti.
¿Qué has hecho?
No entiendo que tu blog no esté plagado de comentarios. ¡Un beso! Feliz verano, y que llegue pronto el otoño.
ResponderEliminarGracias (de las de verdad).
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