Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

sábado, 27 de octubre de 2012

¿Es necesario un título?

Todos somos esa mujer que, intentando que no se le note demasiado, da una fugaz ojeada a los titulares del periódico de su vecino del metro.
Sin ánimos de ofender a nadie, nos invito a pensar un poco de cuando en cuando... Dicen que es de lo poco que no causa cáncer, aunque yo no me lo trago.
A veces me apetece ser como Ignatius Reilly y, entre otras cosas, no querer no ser lo que soy. A veces me apetece viajar en el tiempo y cambiar algunos noes por síes, y talveces por jamases. A veces solo quiero dejar que me lleve la marea cada vez que vuelca mi barca, y no volver a subir en ella nunca más... pero sólo a veces.
Sabemos de sobra que la fe no mueve montañas, y sin embargo ahí estamos, creyendo fielmente en cualquier cosa con tal de que la responsabilidad no recaiga en nuestro hombro.

Desde hace ya una semana que escribo mentalmente, procurando olvidar el frío que hace mientras llega el autobús  No es por nada pero... tenía buen material. Y lo único que recuerdo es la triste frase con la que he empezado esta triste entrada. No recuerdo si significa algo o qué... Y he terminado por escribir esto, que sí que no tiene significado, por no escribir siempre de lo mismo. Y me ha salido mal... pero oye, yo lo intento.

Karen.

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