Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

miércoles, 16 de enero de 2013

El superpoder de las :)

Las cosas aparentemente fáciles son esas que todo el mundo sabe que son difíciles, y son esas mismas que te acojonan de miedo. Por eso siempre le doy cuatro vueltas y dos hostias a todo. Bueno... si bien a todo no, a casi todo. Pero las cosas aparentemente difíciles son, en definitiva, difíciles. De todas maneras, no se pierde mucho tiempo en darle vueltas a las cosas, y como encima es gratis...¡venga, adelante!, en fin ¿por qué no?
Cuando tengo algo tan fácil frente a mis narices, me pellizco para comprobar que no estoy soñando. Luego me arrepiento porque ¡auch! duele, pero bah... algún día será un sueño y me daré las gracias por ese pellizco. Y sí, digo "algún día" aunque sepa que es una expresión de mierda.
En otro orden de las cosas: llama a las cosas por su nombre y triunfarás. Y, por supuesto, está de más decir que esta es una de esas cosas aparentemente fáciles.

Todo esto viene a cuento porque yo creía que ser un escorpión era lo mío, que encima de fácil (sin aparentemente) era lo que se me daba bien, y resulta que se me da la pena de mal y que yo lo que quiero son flores y corazones.

Lo del título es el prefacio de otra historia.

Karen.


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