Me sé la respuesta.
Quizás la solución sea no hacer nada. Optar por la callada. Esperar. Escuchar a mi maldita voz interna que sólo sabe llorar.
La sala de espera da verdadero asco, pero no existe otro sitio donde me dejen entrar.
Estaría genial tener un mando como los de la tele y adelantar hasta el siguiente capítulo.
Sólo hay un capítulo en mi vida, y siempre está por acabar. Si no fuese por mí, habría acabado hace mucho... porque la gente se aburre, se aburre de mí.
Tal sólo pienso en que me he rendido y.... ¡Seguro que hay una mejor solución, joder!
Me gusta pensar que hay algo bonito esperando por mí, y que existe un destino que hará que, sin tener que hacer nada nosotros, nos encontremos. Yo y mi momento. Mi momento y yo.
Pero no quiero pasar de página, porque en la siguiente no hay nada nuevo, y tú sigues siendo el prota (lo siento).
Las personas que más quieren son las que menos tienen.
Lo de querer sin que te quieran sólo funciona una vez.
Ya no sé lo que necesito, pero sé lo que quiero, y parece que lo que quiero no es lo que necesito.
Karen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes gritar. O hablar, si lo prefieres.