No sé si será muy frecuente o bastante extraño, pero a veces, por la noche, al hacerme un té, caliento demasiado el agua y mientras espero a que se enfríe un poquito, me olvido de él. Cuando lo recuerdo ya está bastante frío pero me siento comprometida y lo bebo igual.
Y así, es mi vida.
Karen.
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