Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

lunes, 13 de mayo de 2013

Se me desborda el corazón, y a veces también los ojos.

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez." 
Principio de Hanlon.

Quizás nunca os habéis dado cuenta de ello, pero, llegados a este punto, me parece prudente señalar que soy, como mínimo, dos personas: la que escribe y la que no escribe.
Soy, entre otras cosas, un trozo de cartón, una película muda, una lágrima en la estación. A veces soy bastante normal, otras me alejo de la gente por si me preguntasen qué me ocurre. Pero siempre -siempre, siempre- soy nadie.
Cuando mi mente no se encuentra lo suficientemente ocupada, recuerdo que estoy sola. He pensado que quizás la soledad es un estado mental; que soy, también, una exageración. Pero, al fin y al cabo "nadie te recordará por tus pensamientos secretos" así que seguiré callando y me llevaré a la tumba todo lo que piense, no vaya a ser que diga algo y no os importe.
Escribir es diferente.
Escribir se parece un poco a la libertad; pero sólo un poco.
Si tuviese que explicar cómo me siento, acabaría explicando que me siento así porque es lo que me ha tocado, porque no todo el mundo puede ser feliz y que, sin duda alguna, el destino (si existe) es algo cruel, no estúpido. Os daría a entender que pese a todo, lo acepto y vivo con ello; y vosotros me creeríais porque alguien una vez me llamó mentirosa y, mágicamente, me gané esa habilidad. Al terminar os sonreiría y al instante olvidaríais todo lo que os he dicho. Y precisamente por eso mi sonrisa será real, de satisfacción.

Al día gasto mil y un pensamientos en asuntos carentes de importancia, pero por alguna extraña razón: me importan.

Karen.

1 comentario:

  1. Hola, me encanta leerte, me transporta a otro mundo lejos de mis problemas. un abrazo

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