Esperar, esperar, esperar.
Tienes que ser paciente, me dicen. Tienes que entender que las cosas no suceden de la noche a la mañana, que todo lleva su tiempo y es menester saber esperar. Tienes que comprender que aunque el mundo se hizo en 7 malditos días, tú debes esperar muchos más. Sin embargo, es recomendable que no esperes demasiado; bien puede ser que esperes recibir algo que nunca recibirás y mueras antes que tu esperanza. Así que, puestos a saber... Tienes que saber que lo que unas veces es negro, otras es blanco, y sería muy conveniente saber cómo actuar ante el mismo estímulo de maneras diferentes. Es muy importante que no te derrumbes cuando veas blanco lo que antes era negro (o negro lo que antes era blanco) porque estarías actuando incorrectamente, demostrando que no sabes nada...y ya te he dicho que tienes que saber que. Es menester que sepas callar y sonreír cada vez que escuches algo
non-grato, pero también has de hacerlo cuando te susurren caricias. En definitiva, tienes que saber cómo actuar y qué decir (o no decir) en cada maldita situación, porque tienes que ser paciente y no perder los estribos antes de tiempo.
Tienes que demostrar que sabes esperar, aunque en realidad no sepas, me dicen.
Tienes que saber muchas cosas, y muchas de ellas inútiles, pero... mientras las aprendes, quizás te olvides de que sigues esperando; y todos sabemos que el tiempo pasa más rápido si no miras el reloj.
tic tac, toc toc.
Karen.
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