Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

lunes, 19 de agosto de 2013

Puertas que se cierran, ventanas que se quieren abrir.

Tengo la gran habilidad de alejar a las personas que intentan acercarse a mí. Sé que es un cliché, por eso escribo esto desde una estación de tren viendo como se marcha ese que intentó acercarse (mientras llueve, claro). En fin, que sí, soy un cliché, y qué. *Enciendo un cigarrillo* *Suena una suave melodía en piano* *Luces* *¡Acción!*
Imagina que los últimos 4 años no han pasado, que en un inesperado giro de los acontecimientos te da por aceptar lo que hay y acabas haciendo algo que no querías hacer. Imagina, por un segundo, que aprendiste a jugar al póker (y que ganaste incontables cantidades de fichas de plástico); entonces hemos de suponer que la suerte se decanta por favorecer a otra variable, pero estamos en otro lugar, viviendo una vida completamente diferente donde las puertas no son las mismas que en otro sitio. Sigues jugando y apostando y la suerte cada vez se inclina más y más. Imagina que si crees en el destino, este te hace el favor de existir; y como existe: está presente en tu vida, en la de él y finalmente, en la vuestra. Imagina que, a pesar del inesperado giro, los sucesos suceden de manera similar (eliminando el factor "x" causante del problema presente a tratar) y que adelantando el tiempo llegamos al tiempo actual. Una vez aquí, en este preciso espacio barra tiempo, la balanza se rompe y lo que ocurrió hace 4 años ocurre ahora, cuando debió ocurrir. Quizás en otros 4 años te encuentres en la misma situación que hace 4 años, que nada haya merecido la pena y que descubras que el destino en realidad no estaba a tu favor. Pero bueno, ya sabes lo que pasa con las suposiciones.
El punto es que un día hace mucho tiempo abrí una puerta que ponía "prohibido el paso" y pasé, pasé hasta el fondo, me senté en una esquina y me crecieron grilletes. 4 años después me di cuenta de la ventana que hay en la habitación y que la luz que entra es tenue pero constante y que...nah.
Tengo la gran habilidad de alejar a las personas que intentan acercarse a mí, y es una gran habilidad porque si la hubiese tenido antes, nada de esto estaría escrito. O quizás sí. Probablemente.
*Cámara se aleja* (metáfora de mi gran habilidad) *Música final* *Créditos, dedicatoria y agradecimientos*

Karen.

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