Imagina que los últimos 4 años no han pasado, que en un inesperado giro de los acontecimientos te da por aceptar lo que hay y acabas haciendo algo que no querías hacer. Imagina, por un segundo, que aprendiste a jugar al póker (y que ganaste incontables cantidades de fichas de plástico); entonces hemos de suponer que la suerte se decanta por favorecer a otra variable, pero estamos en otro lugar, viviendo una vida completamente diferente donde las puertas no son las mismas que en otro sitio. Sigues jugando y apostando y la suerte cada vez se inclina más y más. Imagina que si crees en el destino, este te hace el favor de existir; y como existe: está presente en tu vida, en la de él y finalmente, en la vuestra. Imagina que, a pesar del inesperado giro, los sucesos suceden de manera similar (eliminando el factor "x" causante del problema presente a tratar) y que adelantando el tiempo llegamos al tiempo actual. Una vez aquí, en este preciso espacio barra tiempo, la balanza se rompe y lo que ocurrió hace 4 años ocurre ahora, cuando debió ocurrir. Quizás en otros 4 años te encuentres en la misma situación que hace 4 años, que nada haya merecido la pena y que descubras que el destino en realidad no estaba a tu favor. Pero bueno, ya sabes lo que pasa con las suposiciones.
El punto es que un día hace mucho tiempo abrí una puerta que ponía "prohibido el paso" y pasé, pasé hasta el fondo, me senté en una esquina y me crecieron grilletes. 4 años después me di cuenta de la ventana que hay en la habitación y que la luz que entra es tenue pero constante y que...nah.
Tengo la gran habilidad de alejar a las personas que intentan acercarse a mí, y es una gran habilidad porque si la hubiese tenido antes, nada de esto estaría escrito. O quizás sí. Probablemente.
*Cámara se aleja* (metáfora de mi gran habilidad) *Música final* *Créditos, dedicatoria y agradecimientos*
Karen.
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