Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

martes, 26 de noviembre de 2013

Tendencias suicidas.

Siento la inmensa necesidad de escribir. Odio cuando pasa.
Estaba haciendo no sé qué cosa en no recuerdo qué lugar, pero sé que pensé en un par de líneas que debía escribir. Cuando quise escribirlas ya se me habían olvidado; era demasiado tarde... Ocurre lo mismo que con el té que olvido que me he servido y acabo bebiendo igualmente -frío-, que resume mi vida.
Pero ocurrió otra cosa.
Estaba en el coche con Extremo a un volumen considerable, llego a una rotonda sin intenciones de parar (joder, qué pereza darle al freno). Veo coches con paso preferente entrando en la rotonda, muchos muchos coches, con luces molestas y... Pienso que no quiero frenar, que quiero seguir adelante y entrar en la rotonda. Pienso que estoy en mi derecho, y piso el acelerador. Entonces tengo un insight del copón. Sé que no fui yo, que alguien frenó por mí. Me detuve en seco pocos centímetros más allá de la línea del ceda el paso y me sentí como se sintió el suicida que falló en su dosis y se despertó con vida -y solo- a la mañana siguiente.
Y ya está, tampoco fue nada extraordinario. Nada es extraordinario.
Quizás mañana no deba coger el coche. No quiero morir; o al menos eso me digo a mi misma cuando me pasan este tipo de cosas. A menudo, sí.

Sigo pensando que aquellas líneas eran realmente buenas, porque sé que lo eran. Desearía recordarlas y borrar todo lo anterior. Empezaría de nuevo, escribiendo: hace unos minutos sabía que tenía algo que escribir pero era incapaz de recordar el qué, entonces os conté una estúpida historia sobre yo queriendo morir...
Miento.
Si ahora mismo recordara dichas líneas, no las escribiría. Algunas cosas pierden su magia cuando salen a la luz, porque lo mágico de algunas cosas es no saber qué cosas son. Por eso me gusta pensar en ti, en que dices eso y aquello, en que te grito y hago que llores... en que te beso yo la primera -como nunca hice-; pero no me atrevo a mezclar verdad con ficción, porque la magia que tiene lo que sé que no pasará, desaparecería... y no sentiría nada haciendo lo que imaginé hacer.

Tengo que empezar a vivir para mi misma.
Karen.



1 comentario:

Puedes gritar. O hablar, si lo prefieres.