Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

jueves, 19 de diciembre de 2013

De pronto todo lo que llevo escrito ha cobrado sentido.

Hicimos el amor
una vez que sentimos el frío.
Y el resultado fue, ya lo ves
más o menos como en los erizos.
-Nacho Vegas-

A menudo pienso que somos como los erizos del dilema de Schopenhauer; mientras más cerca, más daño nos hacemos, pero mientras más lejos... más frío sentimos. Y sentimos ¡tanto! frío, que supongo que merecía la pena arriesgarnos a morir.
No es que me guste discutir, pero prefiero la rabia a la tristeza; simplemente, prefiero que me odies un par de días, a odiarte yo a ti unas semanas.
El mundo en plenas compras navideñas y nosotros en agosto; en un desierto en medio del oasis, observando cómo se nos congela el aliento en los cristales. Ay, como los erizos.
Pero basta ya de cursidramatismos, por favor.
Anoche soñé que jugaba a una especie de retorcida ruleta rusa con un montón de gente importante para mí. Cada vez que me tocaba a mí, sentía un miedo tremendo a morir, y un alivio me recorría todo el cuerpo cuando la pistola no cumplía con su objetivo y pasaba al siguiente. Entonces suena un disparo y, no sé,  pero me sentí una completa egoísta. Luego me desperté y ¡mierda! en diez minutos suena la alarma.
Karen.

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