Hicimos el amor
una vez que sentimos el frío.
Y el resultado fue, ya lo ves
más o menos como en los erizos.
-Nacho Vegas-
A menudo pienso que somos como los erizos del dilema de Schopenhauer; mientras más cerca, más daño nos hacemos, pero mientras más lejos... más frío sentimos. Y sentimos ¡tanto! frío, que supongo que merecía la pena arriesgarnos a morir.
No es que me guste discutir, pero prefiero la rabia a la tristeza; simplemente, prefiero que me odies un par de días, a odiarte yo a ti unas semanas.
El mundo en plenas compras navideñas y nosotros en agosto; en un desierto en medio del oasis, observando cómo se nos congela el aliento en los cristales. Ay, como los erizos.
Pero basta ya de cursidramatismos, por favor.
Anoche soñé que jugaba a una especie de retorcida ruleta rusa con un montón de gente importante para mí. Cada vez que me tocaba a mí, sentía un miedo tremendo a morir, y un alivio me recorría todo el cuerpo cuando la pistola no cumplía con su objetivo y pasaba al siguiente. Entonces suena un disparo y, no sé, pero me sentí una completa egoísta. Luego me desperté y ¡mierda! en diez minutos suena la alarma.
Karen.
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